El día 13 de noviembre se realizó el encuentro de asesores. El grupo de asesores se reunió en la comunidad Nicha Toyish para una recorrida por el almacén y la estancia comunitaria, para posteriormente dirigirse al centro de recreación de la aldea Molino. El pastor Horst Neufeld presentó una charla sobre el trabajo intercultural. Como introducción se refirió a un libro “Zauberkorb und Geistersteine” que cuenta una historia de un pueblo que vivía en la selva y practicaban todavía la matanza de recién nacidos. En una ocasión un muchacho de 7 años evitó que el líder del grupo matara a su hermanito recién nacido. Este muchacho recibió el apoyo de las mujeres de la aldea. El pastor Neufeld quería decir con esa historia que todos pasamos nuestras historias a nuestros descendientes. Y las costumbres que no concuerdan con la Biblia las hay que abandonar. La Biblia nos enseña los valores correctos que sin distinción de pueblos nos pueden guiar por el camino correcto. Por sobre todo nos enseña de que no podemos servir a Cristo y a diablo al mismo tiempo. Los asesores tienen la oportunidad de asesorar en lo agropecuario sin olvidar de mencionar los valores y la enseñanza de la Biblia.

De la ASCIM se presentó un trabajo, que se había realizado para la asamblea semestral que consistía de un cuestionario a un grupo de asesores y lideres comunitarios. Era para evaluar la cooperación entre asesor y consejos comunitarios. El resultado de la encuesta arrojo que ambas partes valoran una cooperación en la que hay respeto mutuo, transparencia y apoyo mutuo.

El asesor de la comunidad de Nichá Toyish presentó algunos datos de la misma. La comunidad cuenta con 10.500 ha de tierras, alrededor de 660 personas en 10 aldeas. Además, la estancia comunitaria cuenta con 1000 ha de pasturas con alrededor de 700 cabezas de ganado. La comunidad tiene 2 tractores. Hay dos grupos de Fincas 5F. En la educación se puede decir que en la comunidad se enseña hasta 9 grado. Para cursos mas avanzados se van a la comunidad vecina o a Mariano Roque Alonso donde muchos tienen parientes entre el pueblo Maká.

El encuentro finalizó con un almuerzo.

El día 14 de octubre el Dpto. Agropecuario de la ASCIM organizó un intercambio de comunidades. Cuatro personas del consejo de administración de la comunidad La Esperanza visitaron a la comunidad Campo Alegre.

El programa inició en la iglesia con un devocional de un pastor local. Luego el administrador de la comunidad Campo Alegre, el Sr Sinforiano Martínez explicó a los presentes la forma como el consejo comunitario está organizado. Cada integrante tiene una función como en la economía, salud, educación, deporte o programa para mujeres. También presentó a la forma de elección de los lideres que se realiza según el estatuto comunitario. El candidato a administrador forma su equipo antes de las elecciones y se elige solo al administrador.

La actual administración se ha ocupado en los últimos 6 años de diferentes actividades como:

  1. Construcción de casas financiadas por el gobierno.
  2. Provisión de agua para la comunidad.
  3. Seguridad alimenticia, como ayudar a la gente a conseguir sus tarjetas de Tecoporá y de Adultos Mayores.

El consejo comunitario ha realizado el FODA para identificar las capacidades de los mismos para la distribución de cargos.

Además, se informó de la forma de trabajo de las autoridades. Los consejos comunitarios se reúnen mensualmente para rendir cuentas e informar sobre el departamento a su cargo. Además, se realizan reuniones con los alcaldes aldeanas. Y también se organizan dos asambleas informativas anuales. En la oficina trabajan dos secretarios, uno trabaja de recepcionista y hace las liquidaciones de salarios, el otro ingresa las facturas en el sistema. En el almacén de consumo se le da a la gente la posibilidad de sacar en forma adelantada las subvenciones que reciben del estado en forma de Tekoporá y Adulto Mayor.

Uno de los motivos del intercambio fue a observar las instalaciones de provisión de agua para la población de Campo Alegre. Hace un par de años la comunidad en cooperación con la Gobernación de Boquerón ha construido un reservorio de agua de 27000 metros cúbicos con una membrana impermeable. Últimamente la comunidad ha recibido una maquina potabilizadora de la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo) que en los últimos meses ha potabilizado un promedio de 480.000 litros de agua por semana. El mantenimiento es realizado por personal de la comunidad, y los costos de mantención también son asumidos por ella.

Por último, se visitó a otras instalaciones de la comunidad así también el almacén comunitario y el galpón renovado.  Fue una visita muy fructífera según los participantes ya que solo un representante del consejo de La Esperanza ya había estado anteriormente en Campo Alegre. Todos se mostraron muy satisfechos por el evento. Estamos muy agradecidas por las puertas abiertas que la comunidad Campo Alegre brinda siempre a otras comunidades.

El día jueves 9 de octubre se realizó el encuentro de asesores en la comunidad de Campo Largo. Para la ocasión fueron invitados el pastor principal de la iglesia MG-Neuland, el Sr. Manfred Grünwald, y la gerente de DISE de la ASCIM, la Sra. Damaris Kaethler. El pastor Grünwald se dirigió al grupo con un devocional, diciendo que los empleados de la ASCIM tienen un compromiso con la ASCIM y con la comunidad. Eso puede llevar a desafíos al intentar encontrar un equilibrio. Tomó el ejemplo de Jabes del texto bíblico de 1 Crónicas 4:9-10. De Jabes, la Biblia nos revela en solo dos versículos, en medio de nombres de los descendientes de Judá. Dice de él que fue el más ilustre de sus hermanos y que recibió el nombre de Jabes de su madre porque le causó mucho dolor al darle a luz. Pero Jabes invocó a Dios diciendo: “Oh, si me dieras bendición y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, ¡para que no me dañe!” Y le otorgó Dios lo que pidió.

Pedir a Dios que ensanche el territorio puede significar pedir por más responsabilidad, más deberes o más trabajo. Eso puede parecernos injusto, pero si le pedimos también su ayuda, eso cambia el panorama. Es una oración que se puede hacer en tiempos de mucha actividad, pidiendo su bendición y que nos dé todos los deberes que podamos soportar, y al mismo tiempo estar seguros de que nos ayuda.

La gerente de DISE, la Sra. Kaethler, nos presentó las funciones de ese departamento. Administran 47 escuelitas en 21 comunidades con un total de 765 alumnos registrados. Las maestras las elige la comunidad; asimismo, los edificios son mantenidos por la comunidad.

Trabajo femenil: el deseo del departamento es siempre que las mujeres se involucren activamente en el desarrollo comunitario. Se realizan alrededor de 10 encuentros de mujeres de diferentes comunidades llamados Campa Capaz en las instalaciones de la ASCIM en Campo Alegre. Durante tres días, las mujeres viven en esas instalaciones junto con las instructoras, donde aprenden a coser, cocinar y cuidar la casa. También se realizan estudios bíblicos. Además, el departamento administra el servicio voluntario de la ASCIM.

El asesor de la comunidad, el Sr. Alwin Funk, presentó a la comunidad. La misma cuenta con alrededor de 6.200 ha de tierra, 350 familias y alrededor de 1.200 personas. La estancia comunitaria cuenta con 1.000 ha de pasturas y alrededor de 900 cabezas de ganado. Tienen contratados a dos estancieros para cuidar los animales. Cada año siembran 40 ha de maní y 70 ha de poroto. En la comunidad hay 13 grupos de Fincas 5F. En la comunidad hay dos iglesias. El almacén de consumo mueve alrededor de Gs. 165 millones al mes. Después del almuerzo se recorrieron las diferentes instalaciones, como el almacén y la estancia comunitaria.

La Comunidad Indígena Casuarina, ubicada en el distrito de Boquerón, departamento de Boquerón, fue fundada en agosto del año 1998. Con el deseo de progresar y aprovechar las aproximadamente 9.700 hectáreas de tierra, las familias se organizaron en cinco aldeas, dando forma a una comunidad con visión de desarrollo.

En los últimos años, la escasez de agua se ha convertido en un desafío creciente para los habitantes, lo que motivó la elaboración de un Proyecto de Solución a esta necesidad vital. Así nació el Proyecto “Agua para el Desarrollo”, diseñado por la misma comunidad con el apoyo de la organización A Todo Pulmón y en el marco del programa de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

Este proyecto busca garantizar el acceso al agua tanto para el consumo familiar como para actividades productivas, fortaleciendo el desarrollo integral de las familias. Dentro de este marco, se está implementando también un plan de desarrollo hortícola como complemento, con el fin de mejorar la alimentación y generar ingresos adicionales para los hogares.

En cada una de las cinco aldeas de la comunidad se han establecido huertas de 20 por 20 metros, donde se cultivan diversas hortalizas como lechuga, tomate, perejil, locote, cebolla, cebollita, repollo y otras variedades. Estas huertas representan no solo una fuente de alimentos frescos, sino también una oportunidad de trabajo conjunto y aprendizaje práctico.

Un aspecto importante del proyecto es el involucramiento activo de las familias, con el acompañamiento técnico necesario para asegurar la sostenibilidad de las iniciativas. El propósito final de esta acción es promover el consumo diario de verduras en los hogares y, al mismo tiempo, abrir la posibilidad de comercializar los excedentes en los mercados locales, contribuyendo así al bienestar económico de la comunidad.

Escrito por Graciano Ramírez, líder de la comunidad Casuarina

Desde la FIDA (Fundación Indígena para el Desarrollo Agropecuario) se organizan cada año capacitaciones para los miembros de las profincas 5F. El objetivo principal es concienciar a los miembros de la importancia de cuidar bien su ganado, para así lograr un mejor aumento de peso. Esto a su vez repercute de manera positiva en las cifras (ventas de ganado).

Para organizar estas capacitaciones de la mejor manera posible, se divide el número de participantes en 2 grupos. En este año, el primer encuentro tuvo lugar en Paz del Chaco, donde asistieron alrededor de 150 personas de 4 diferentes comunidades. El segundo encuentro se realizó en Campo Alegre, con la participación de unas 140 personas provenientes de 5 diferentes comunidades.

Como disertante fue invitado el Dr. Dietmar Sawatzky, del Servicio Agropecuario de Loma Plata. Él habló sobre el cuidado de terneros, las vacunaciones y el control de toros reproductores. Las charlas comenzaron a las 9:00 horas y concluyeron a las 12:00 horas con una ronda de variadas preguntas. Posteriormente, los participantes se reunieron para disfrutar juntos de un guiso y buena comunión.

Informe preparado por  Ivan Wiebe y Marvin Neufeld, encargados y coordinadores de las 84 profincas 5F.

El 14 de agosto se realizó un encuentro de asesores en la comunidad de La Esperanza, con una excelente participación de los asistentes. El evento comenzó a las 9:00 horas en la iglesia Betel. El asesor de la comunidad abrió el encuentro y dio la palabra al pastor principal de la iglesia Buena Vista, el Sr. Alfred Unrau.

El pastor presentó un relato sobre el profeta Nehemías y la restauración de la muralla alrededor de Jerusalén. Mencionó que existen tres tipos de personas: aquellas que no se dan cuenta de que hay personas necesitadas, aquellas que se dan cuenta pero no hacen nada para cambiar la situación, y aquellas que se dan cuenta y actúan; este último grupo es una minoría.

Nehemías comprendió que su pueblo sufría las consecuencias de los saqueos de pueblos enemigos y que la muralla de Jerusalén había sido destruida. Aunque ocupaba un puesto privilegiado en el palacio del rey, renunció a esos privilegios para unirse a su pueblo en sufrimiento. No fue recibido con los brazos abiertos, sino que enfrentó humillaciones de su propia gente. Sin embargo, organizó a quienes querían trabajar y comenzó la restauración de la muralla, completando la obra en 52 días mientras clamaba a Dios por ayuda.

El pastor enfatizó que Nehemías combinó la oración con el trabajo activo, logrando así la participación de muchos colaboradores. Su ejemplo nos anima a orar y a poner manos a la obra, aun cuando no todos apoyen nuestras ideas.

A continuación, el asesor de la comunidad, Sr. Terry Wiebe, informó sobre su trabajo y sobre una estancia particular que funciona en la comunidad. Mencionó que conoce a la mayoría de las personas por su nombre, la aldea donde viven y la familia a la que pertenecen, y que se siente muy entusiasmado con la cooperación comunitaria.

La estancia particular de 140 hectáreas fue financiada por la estancia comunitaria. Cuenta con un bebedero conectado a la red de cañerías de la estancia comunitaria y un callejón que conduce al corral comunitario. En ella hay alrededor de 100 cabezas de ganado particular, cuyo acopio realiza la estancia comunitaria.

El asesor también informó que la comunidad de La Esperanza fue fundada en 1956 por 13 familias. Actualmente cuenta con 385 familias, lo que equivale a unas 900 personas. La comunidad dispone de dos tractores, 550 cabezas de ganado y 650 hectáreas de pastura. Se contrata una empresa para la producción de heno, que luego se vende y los fondos se utilizan para organizar fiestas comunitarias.

Además, la comunidad cuenta con un almacén comunitario donde trabaja un segundo asesor. Este almacén abre tres mañanas a la semana y maneja alrededor de 55 millones de guaraníes al mes. Durante el encuentro, el grupo de asesores visitó tanto el almacén comunitario como las estancias comunitaria y particular.

Queridos amigos, hermanos y colaboradores de la ASCIM:

Reciban un cordial saludo desde la Comunidad Campo Alegre. Me dirijo a ustedes para compartir con gratitud los avances de nuestro proyecto “Agua para los socios de la comunidad”, que venimos impulsando desde nuestro Consejo de Administración junto con el asesor rural asignado por la ASCIM, en el marco de un convenio anual de cooperación.

Este proyecto nació del deseo de aprovechar mejor los recursos naturales que tenemos, especialmente el agua de lluvia, tan valiosa para nuestra comunidad. Hoy quiero contarles cómo, con esfuerzo conjunto y el acompañamiento de diversas instituciones, estamos avanzando hacia una solución sostenible para enfrentar la sequía.

Así empezó nuestro camino hacia la cosecha de agua

Gracias a un convenio con la Gobernación de Boquerón, bajo la dirección del Dr. Darío Medina, iniciamos en el año 2022 la construcción de una represa dentro de nuestra estancia comunitaria. Esta obra tenía como fin almacenar el agua de lluvia y usarla en tiempos de escasez. Los trabajos de maquinaria comenzaron el 17 de mayo y concluyeron el 20 de junio del mismo año, logrando una capacidad de 27.500 metros cúbicos.

Fue un verdadero esfuerzo comunitario. Se utilizaron las maquinarias de la Gobernación con 10 choferes locales, y el Consejo designó parte del presupuesto comunitario para cubrir combustible, lubricantes, comida y jornales. Poco tiempo después, Dios nos bendijo con una lluvia de aproximadamente 100 milímetros en una sola noche, lo que nos permitió empezar con la cosecha de agua.

Pensando en el futuro: una planta de tratamiento

A medida que avanzábamos, fuimos reflexionando sobre cómo asegurar el acceso al agua potable para todas las familias. En ese proceso, tuvimos la oportunidad de dialogar con la ONG A Todo Pulmón Paraguay Respira, que trabaja en proyectos ambientales para mitigar los efectos del cambio climático y promover buenas prácticas de producción sustentable.

De ese encuentro surgió el proyecto “Lucha contra la sequía mediante la gestión territorial integral en comunidades indígenas del Chaco Paraguayo: Agua para el Desarrollo”, implementado por dicha organización. Gracias a ese proyecto, se logró la adquisición de una Planta de Tratamiento de Agua Potable (PTAP) para nuestra comunidad.

Preparándonos para una nueva etapa

Actualmente, estamos avanzando hacia una nueva fase del proyecto, que consiste en realizar las obras necesarias para que la planta pueda entrar en funcionamiento.

El objetivo de la presente licitación es realizar las obras complementarias necesarias para la instalación y puesta en marcha de la máquina de tratamiento de agua potable en la comunidad Campo Alegre, específicamente en inmediaciones a un tajamar reservorio de la citada comunidad donde se instalará la PTAP, donde se deberá distribuir el agua tratada hasta el predio comunitario ubicado a 3.250 metros del tajamar.

Este proyecto es un paso firme hacia nuestro desarrollo integral como pueblo indígena, donde valoramos la cooperación, el trabajo conjunto y el cuidado del ambiente.

Escrito por:

Sinforiano Martínez
Líder Comunitario – Resolución N.º 173/23
Comunidad Campo Alegre

El líder de la comunidad indígena de Campo Alegre, Sr. Sinforiano Martínez, compartió recientemente a través de sus redes sociales una noticia que marca un hito importante para su comunidad: el galpón histórico construido en 1969, originalmente destinado al almacenamiento de la cosecha de algodón, será refaccionado y declarado patrimonio cultural.

En una entrevista con Jenny de Braun, la Secretaría de Comunicación de la ASCIM, el Sr. Martínez brindó más detalles sobre el origen y el alcance de este proyecto.

“La idea nació después de la visita del Sr. Rafael Ruipérez, Coordinador General de la Oficina de AECID Paraguay, y del Sr. Raimundo Espiau, coordinador de Patrimonio de la misma agencia. Justamente tenemos un proyecto de agua potable en la comunidad, que fue financiado también por esta organización, en conjunto con A Todo Pulmón Paraguay Respira”, explicó Martínez.

Durante una visita al antiguo galpón, se evaluó inicialmente la posibilidad de reemplazar la estructura, debido a su deterioro y antigüedad. Sin embargo, los representantes de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) propusieron una alternativa: refaccionar el edificio conservando su estructura original, reconociendo su valor histórico y cultural.

“De ahí surgió la idea de trabajar con artesanos locales, quienes podrían ser los beneficiarios directos del nuevo espacio. Así nació el proyecto de declarar el galpón como patrimonio cultural, y ellos se comprometieron a buscar financiamiento para ello”, destacó el líder comunitario.

El proyecto cuenta con el apoyo técnico de la organización A Todo Pulmón Paraguay Respira, que elaboró el diseño de la infraestructura, y con la colaboración del arquitecto Kenneth Dyck de la Colonia Neuland, quien asumirá la dirección de la obra. Además, la arquitecta Bettina Bray participó como consultora independiente en la elaboración técnica del diseño que ahora será implementado.

“Se requieren muchos recursos, pero con la unión de todos pudimos concretar este sueño. Agradezco a todos los colaboradores, a AECID Paraguay por el financiamiento, a A Todo Pulmón por el diseño técnico, y al arquitecto Dyck por aceptar este desafío”, expresó Martínez.

La refacción del galpón se llevará a cabo en los próximos tres meses, y se espera que este espacio se convierta en un punto de encuentro para la producción y exposición de artesanías locales, generando nuevas oportunidades para los miembros de la comunidad.

La comunidad indígena Campo Alegre es socia de la Asociación de Servicios de Cooperación Indígena Menonita (ASCIM). Desde la institución celebramos este logro y deseamos mucho éxito en la implementación del proyecto.

El 8 de mayo se tuvo un encuentro de asesores en la comunidad de Pozo Amarillo. El asesor de la comunidad de Pozo Amarillo dio la bienvenida al grupo y leyó un pasaje bíblico de 1 de Corintios 3,5-8. Dijo que como Apolos y Pablo nosotros solo plantamos y regamos. El que da el crecimiento es Dios.

Como disertantes fue invitada la pareja Hein y Selma Harder, pastor principal de la iglesia Zion de la aldea Bergthal. Los mismos tienen una vasta experiencia en el trabajo intercultural. Acompañaron por varios años a las iglesias de Pozo Amarillo y Hein trabajó en AMIM (Asociación Menno Indianer Mission) como consejero.

El pastor animó a los asesores hacer el trabajo con los principios del apóstol Pablo quien dijo en 1 de Corintios 9,19-23 lo siguiente: Por lo cual siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor numero. Pablo enseño en ese pasaje como comportarse cuando tratamos con otra persona. Siempre con humildad y tratando de entenderla en su posición. Nunca creerse superior porque nadie es superior al otro. Todos somos creados a la imagen de Dios. Eso dijo el Sr. Harder, es vivir el evangelio. En otras palabras, vivir una vida ejemplar, sin soberbia. Eso agrada al Señor. Tratar de entendernos los unos a los otros. Eso es un desafío en el trabajo intercultural y necesita paciencia. A ambos de las dos culturas les es difícil entenderse. No hay culturas superiores sino solo culturas con diferentes puntos de vista. Lo que para el uno es importante para el otro puede ser que no lo es. Cada cultura tiene sus formas de superar una crisis, su forma de administrar su tiempo y cuando más se sabe de la otra cultura más se la puede entender.

El asesor de Pozo Amarillo el Sr Heinrich Reimer presentó a lo comunidad: La misma cuenta con 8.279 Ha y fue fundada en el año 1966. La población es de 1829 personas en 10 aldeas. La estancia comunitaria cuenta con 3.130 Ha de pasturas y 1351 cabezas de ganado. La comunidad construyó en cooperación con el MUVH (Ministerio de Urbanismo Vivienda y Hábitat) 293 casas en la comunidad. Hay 10 grupos de Fincas 5F.

En la comunidad hay 3 iglesias y en el área educativa, Pozo Amarillo dispone de dos escuelas y cuatro escuelitas, y un colegio ofreciendo también una formación hasta el nivel medio. No obstante, la escolarización se mantiene como un desafío para la comunidad.

 La esposa del asesor Adina Toews de Reimer administra al almacén comunitario, junto con 3 ayudantes de la comunidad, que mueve alrededor de 100 millones de Gs al mes.

En la ocasión se mencionó que se acercan las fechas para hacer los presupuestos comunitarios y de que se preparen juntos con el consejo comunitario para la fecha. En esta reunión de asesores fue despedido el Sr Lance Toews, quien ejerció el cargo de técnico agrícola por varios años.

Después de la presentación, los participantes intercambiaron informaciones generales y realizaron un recorrido por el almacén comunitario. Luego, visitaron el corral, donde se exhibieron los caballos de la comunidad. Habían preparado a un grupo de caballos de reproducción y de trabajo.

El programa concluyó con un almuerzo y una visita guiada a la estancia comunitaria.

Enfocado en lo que es bueno

Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.
Filipenses 1:6 (NVI)

Mi esposo Ronald y yo, Linda, fuimos formados desde pequeños por nuestros padres y también abuelos para aprender a apreciar a los pueblos originarios del Chaco. Ya sea en el tambo, en la ganadería, en la agricultura (en la familia de Ronald), en el gran patio de mi familia en Filadelfia o en la construcción, en la que trabajaba mi padre: dependíamos de la colaboración de los indígenas.

Pero ahora queremos contarles sobre nuestro trabajo en Ebetogué. A pesar de tener experiencia con los pueblos originarios, incluso 30 años en nuestra propia granja en Ribera, donde a menudo contratábamos hasta 120 indígenas para desmalezar y cosechar sésamo, ahora estamos viviendo una experiencia completamente nueva. Ronald conocía el trabajo con el pueblo Ayoreo desde su niñez y juventud en la aldea N°10 en la Colonia Fernheim, pero ahora es diferente, ahora estamos en su tierra, en su aldea, y vivimos con ellos. Pensamos que teníamos mucha experiencia, pero fue totalmente distinto a lo esperado. Al principio fue difícil entenderlos, aconsejarlos o, en mi caso, trabajar tan de cerca con ellos en el almacén y además involucrarme en su vida cotidiana. Ronald encontró pronto una forma de comunicarse con ellos, ya que tenía experiencia trabajando con ganado y en la estancia. Para él, el trabajo con el carbón —recogerla, pesarlo y empacarlo— era algo nuevo, pero se adaptó rápidamente y también pronto formó una buena relación con el líder Basiú. Yo pensaba que conocía bien mi área, es decir, la administración del almacén. Como joven había trabajado muchos años en un almacén, pero de pronto aquí era responsable de todo tipo de cosas.

Aquí un resumen de nuestras experiencias:

Lo primero es que muchos enfermos vienen al almacén. Como los del pueblo Ayoreo en su mayoría no cuentan con un seguro médico, tienen que comprar sus medicamentos por su cuenta, así que muy pronto aprendí a tener todo tipo de medicamentos disponibles en el almacén y vendérselos lo más barato posible. A menudo, cuando no sé cómo seguir, llamo a la farmacia y me ayudan por teléfono.

Lo segundo son los niños, hay una necesidad increíble entre ellos: muchos son criados por sus abuelos o familiares, porque sus madres trabajan en Filadelfia o Loma Plata (aquí en Ebetogué hablan de “callejeras”). Estos niños están casi siempre muy sucios y reciben poca comida. Cuando llegamos a la comunidad, corren hacia nosotros y quieren ayudar a descargar la mercadería. Se quedan casi todo el tiempo cerca del almacén mientras yo estoy ahí. Normalmente les doy bananas o yogur, a veces también pan con fiambre. Cuando están enfermos, intento ayudarles con medicamentos. En los ojos de estos niños hay mucho sufrimiento y tristeza, son niños rechazados que no saben a dónde pertenecen. Por eso intento darles algo de amor, tiempo y, naturalmente, algo para comer.

Lo tercero son las mujeres: especialmente a las “ancianas” les he tomado un gran aprecio. En los últimos años han fallecido 12 adultos mayores del pueblo Ayoreo de Ebetogue, con todos ellos tuve alguna experiencia y guardo recuerdos muy lindos, por eso es muy difícil cuando mueren. Estuve presente en algunos entierros, y visito a cada familia donde alguien ha fallecido, porque fue precisamente la generación mayor la que me dio una bienvenida tan cálida en Ebetogué. Por ejemplo, en junio de 2022, es decir, en nuestro primer año en Ebetogué, me enfermé gravemente. Tenía una hemorragia interna en el abdomen y me realizaron una operación de urgencia, fue una situación muy crítica. Ronald se iba sólo a Ebetogué durante tres semanas y les contó sobre mi situación, ellos le encargaron que me saludara y dijeron que oraban mucho por mí. Incluso realizaron reuniones de oración en la iglesia por mí. ¡A Dios la gloria! Cuando regresé a Ebetogué tres semanas después, un lunes, más de 30 mujeres me esperaban en el almacén y me abrazaban, y una y otra vez repetían las frases: “Dios es grande” y “Sabíamos que Dios te sanaría”. Me conmovió hasta las lágrimas, nunca había vivido algo así y esta experiencia nos unió profundamente. El amor que experimenté ahí, intento devolvérselo, o sea, no todas mis experiencias con ellos han sido buenas, pero muchas más han sido positivas que negativas, y estoy profundamente agradecida a Dios de que justamente nosotros, Ronald y yo, hayamos llegado al pueblo Ayoreo en Ebetogué.

En 2020 oramos intensamente a Dios pidiéndole que nos mostrara dónde podíamos servir. Le dijimos: “Aquí estamos, por todo el bien que nos has hecho como familia, queremos servirte.” Unas semanas después, Heinrich Dyck de recursos humanos de la ASCIM nos llamó y nos preguntó si estaríamos dispuestos a servir en una comunidad indígena. Así fue como Dios nos condujo hasta Ebetogué, ¡y hemos sido abundantemente bendecidos!

Ronald y Linda Klassen

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