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Almacenera de Ebetogue cuenta sus experiencias
Enfocado en lo que es bueno
Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.
Filipenses 1:6 (NVI)
Mi esposo Ronald y yo, Linda, fuimos formados desde pequeños por nuestros padres y también abuelos para aprender a apreciar a los pueblos originarios del Chaco. Ya sea en el tambo, en la ganadería, en la agricultura (en la familia de Ronald), en el gran patio de mi familia en Filadelfia o en la construcción, en la que trabajaba mi padre: dependíamos de la colaboración de los indígenas.
Pero ahora queremos contarles sobre nuestro trabajo en Ebetogué. A pesar de tener experiencia con los pueblos originarios, incluso 30 años en nuestra propia granja en Ribera, donde a menudo contratábamos hasta 120 indígenas para desmalezar y cosechar sésamo, ahora estamos viviendo una experiencia completamente nueva. Ronald conocía el trabajo con el pueblo Ayoreo desde su niñez y juventud en la aldea N°10 en la Colonia Fernheim, pero ahora es diferente, ahora estamos en su tierra, en su aldea, y vivimos con ellos. Pensamos que teníamos mucha experiencia, pero fue totalmente distinto a lo esperado. Al principio fue difícil entenderlos, aconsejarlos o, en mi caso, trabajar tan de cerca con ellos en el almacén y además involucrarme en su vida cotidiana. Ronald encontró pronto una forma de comunicarse con ellos, ya que tenía experiencia trabajando con ganado y en la estancia. Para él, el trabajo con el carbón —recogerla, pesarlo y empacarlo— era algo nuevo, pero se adaptó rápidamente y también pronto formó una buena relación con el líder Basiú. Yo pensaba que conocía bien mi área, es decir, la administración del almacén. Como joven había trabajado muchos años en un almacén, pero de pronto aquí era responsable de todo tipo de cosas.
Aquí un resumen de nuestras experiencias:
Lo primero es que muchos enfermos vienen al almacén. Como los del pueblo Ayoreo en su mayoría no cuentan con un seguro médico, tienen que comprar sus medicamentos por su cuenta, así que muy pronto aprendí a tener todo tipo de medicamentos disponibles en el almacén y vendérselos lo más barato posible. A menudo, cuando no sé cómo seguir, llamo a la farmacia y me ayudan por teléfono.
Lo segundo son los niños, hay una necesidad increíble entre ellos: muchos son criados por sus abuelos o familiares, porque sus madres trabajan en Filadelfia o Loma Plata (aquí en Ebetogué hablan de “callejeras”). Estos niños están casi siempre muy sucios y reciben poca comida. Cuando llegamos a la comunidad, corren hacia nosotros y quieren ayudar a descargar la mercadería. Se quedan casi todo el tiempo cerca del almacén mientras yo estoy ahí. Normalmente les doy bananas o yogur, a veces también pan con fiambre. Cuando están enfermos, intento ayudarles con medicamentos. En los ojos de estos niños hay mucho sufrimiento y tristeza, son niños rechazados que no saben a dónde pertenecen. Por eso intento darles algo de amor, tiempo y, naturalmente, algo para comer.
Lo tercero son las mujeres: especialmente a las “ancianas” les he tomado un gran aprecio. En los últimos años han fallecido 12 adultos mayores del pueblo Ayoreo de Ebetogue, con todos ellos tuve alguna experiencia y guardo recuerdos muy lindos, por eso es muy difícil cuando mueren. Estuve presente en algunos entierros, y visito a cada familia donde alguien ha fallecido, porque fue precisamente la generación mayor la que me dio una bienvenida tan cálida en Ebetogué. Por ejemplo, en junio de 2022, es decir, en nuestro primer año en Ebetogué, me enfermé gravemente. Tenía una hemorragia interna en el abdomen y me realizaron una operación de urgencia, fue una situación muy crítica. Ronald se iba sólo a Ebetogué durante tres semanas y les contó sobre mi situación, ellos le encargaron que me saludara y dijeron que oraban mucho por mí. Incluso realizaron reuniones de oración en la iglesia por mí. ¡A Dios la gloria! Cuando regresé a Ebetogué tres semanas después, un lunes, más de 30 mujeres me esperaban en el almacén y me abrazaban, y una y otra vez repetían las frases: “Dios es grande” y “Sabíamos que Dios te sanaría”. Me conmovió hasta las lágrimas, nunca había vivido algo así y esta experiencia nos unió profundamente. El amor que experimenté ahí, intento devolvérselo, o sea, no todas mis experiencias con ellos han sido buenas, pero muchas más han sido positivas que negativas, y estoy profundamente agradecida a Dios de que justamente nosotros, Ronald y yo, hayamos llegado al pueblo Ayoreo en Ebetogué.
En 2020 oramos intensamente a Dios pidiéndole que nos mostrara dónde podíamos servir. Le dijimos: “Aquí estamos, por todo el bien que nos has hecho como familia, queremos servirte.” Unas semanas después, Heinrich Dyck de recursos humanos de la ASCIM nos llamó y nos preguntó si estaríamos dispuestos a servir en una comunidad indígena. Así fue como Dios nos condujo hasta Ebetogué, ¡y hemos sido abundantemente bendecidos!
Ronald y Linda Klassen
El arte manual de las mujeres de la comunidad de Ebetogue
La comunidad de Ebetogue es una de las 17 comunidades que reciben asesoramiento de ASCIM. La pareja Ronald y Linda Klassen son los asesores actuales en esta comunidad. Mientras Ronald se desempeña como asesor en agricultura y ganadería, Linda presta sus servicios en el almacén comunitario. En su tiempo libre, ella acompaña a las mujeres ayoreas en sus excursiones al bosque. Linda nos ha proporcionado más información sobre el trabajo artesanal de las mujeres en Ebetogue.
Las mujeres indígenas de Ebetogue han revitalizado el arte que les fue transmitido por sus madres: la creación de telas a partir del hilo producido por la planta de caraguatá. Estas telas se utilizan para confeccionar carteras, bolsas, alfombras, entre otros productos.
En la actualidad, encontrar bosques donde crece esta planta representa un gran desafío. En muchas ocasiones, es Linda quien establece contacto con los propietarios de estancias para solicitar permiso de acceso a sus terrenos en busca de esta planta tan valiosa para las ayoreas. La cosecha de la planta no es tarea fácil. Las mujeres deben abrirse paso a través de bosques con espinas y otros obstáculos, y a menudo regresan a casa con las manos lastimadas. Sin embargo, si logran recolectar muchas plantas de caraguatá, todo el esfuerzo vale la pena. El video muestra el proceso desde la ubicación de la planta hasta la venta de las carteras en la capital y en el extranjero. Estas bolsas y carteras se venden en los principales centros comerciales de Asunción a precios elevados. Considerando el esfuerzo, el trabajo y la dedicación invertidos en la creación de estas hermosas telas, es comprensible el alto precio de estos productos. Parte de sus productos artesanales se vende a la Fundación Princesa Diana, que tiene acuerdos con otras fundaciones internacionales. A través de esta colaboración, los productos artesanales llegan a manos de personas dispuestas a pagar mucho más por los productos elaborados por las mujeres indígenas.
El arte manual de las mujeres de la comunidad de Ebetogue
La comunidad de Ebetogue es una de las 17 comunidades que reciben asesoramiento de ASCIM. La pareja Ronald y Linda Klassen son los asesores actuales en esta comunidad. Mientras Ronald se desempeña como asesor en agricultura y ganadería, Linda presta sus servicios en el almacén comunitario. En su tiempo libre, ella acompaña a las mujeres ayoreas en sus excursiones al bosque. Linda nos ha proporcionado más información sobre el trabajo artesanal de las mujeres en Ebetogue.
Las mujeres indígenas de Ebetogue han revitalizado el arte que les fue transmitido por sus madres: la creación de telas a partir del hilo producido por la planta de caraguatá. Estas telas se utilizan para confeccionar carteras, bolsas, alfombras, entre otros productos.
En la actualidad, encontrar bosques donde crece esta planta representa un gran desafío. En muchas ocasiones, es Linda quien establece contacto con los propietarios de estancias para solicitar permiso de acceso a sus terrenos en busca de esta planta tan valiosa para las ayoreas. La cosecha de la planta no es tarea fácil. Las mujeres deben abrirse paso a través de bosques con espinas y otros obstáculos, y a menudo regresan a casa con las manos lastimadas. Sin embargo, si logran recolectar muchas plantas de caraguatá, todo el esfuerzo vale la pena. El video muestra el proceso desde la ubicación de la planta hasta la venta de las carteras en la capital y en el extranjero. Estas bolsas y carteras se venden en los principales centros comerciales de Asunción a precios elevados. Considerando el esfuerzo, el trabajo y la dedicación invertidos en la creación de estas hermosas telas, es comprensible el alto precio de estos productos. Parte de sus productos artesanales se vende a la Fundación Princesa Diana, que tiene acuerdos con otras fundaciones internacionales. A través de esta colaboración, los productos artesanales llegan a manos de personas dispuestas a pagar mucho más por los productos elaborados por las mujeres indígenas.
Asesores se reúnen en la comunidad Ebetogué
El día jueves, 13 de octubre de 2022 se realizó el encuentro de asesores mensual en la comunidad indígena Ebetogué.
Para la ocasión se invitó al pastor Kornelius Boschmann. El tema fue la parábola del sembrador, que se encuentra en el evangelio según Mateo, capítulo 13. Explicó cómo los agricultores preparaban las chacras en el tiempo de Jesús. Tuvieron un tronco largo y derecho con un pedazo de madera transversal para arar la tierra. Estos fueron tirados por bueyes e incluso por vacas. Después de arar, el agricultor sembraba con la mano la semilla en forma uniforme y se puede pensar que la semilla caía en diferentes lugares como caminos, piedras y sobre tierra fértil. Jesús siempre usaba comparaciones que la gente entendía. Había mucha gente escuchándolo, pero pocos que entendían lo que dijo y lo aprovechaban para sus vidas. Animó a los presentes a no desanimarse si no todos acompañan el trabajo. Por eso dijo Jesús que siempre algo cae sobre tierra fértil.
Luego, el asesor rural de la comunidad Ebetogué dio un informe de la comunidad. Dijo que la comunidad cuenta con 1 legua de tierra, lo cual equivale a aproximadamente 1.820 hectáreas, y 121 familias. La estancia cuenta con 410 hectáreas de pastura y 405 cabezas de ganado vacuno y 50 terneros.
El grupo procedió a visitar después al almacén de consumo de la comunidad. En este momento hay mucha actividad en la comunidad Ebetogué, debido a que el Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH) está construyendo 60 casas.
El encuentro culminó con un almuerzo.
Información cultural del pueblo ayoreo para los asesores rurales
A pesar de la llovizna se pudo realizar del día 22 de mayo del 2019 la reunión de asesores en Ebetogué, una comunidad ayorea a 40 km al norte de Filadelfia. Como invitado especial vino el pastor Armin Neufeld de la ACOMEM (Asociación Civil Obra Misionera Evangélica Menonita). Él trabaja ya por muchos años con el pueblo Ayoreo, conociendo muy bien su historia y cultura. El Lic. Neufeld presentaba a los asesores una charla sobre las diferencias culturales entre los Ayoreos y otros puebles indígenas del Chaco Central como también recomendaciones para el trabajo de cooperación con ellos.
Después de una ronda de discusión e informaciones generales se hizo una recorrida, observando el almacén y la estancia comunitaria.
Después del almuerzo, se realizó la despedida del Señor Oscar Vogt, que había trabajado por 6 años como asesor rural en la comunidad ayorea vecina, Campo Loro. En un relato comentaba en forma resumida de las experiencias vividas en este tiempo. Estamos muy agradecidos por el excelente trabajo de Oscar Vogt, deseándole a él y su familia muchas bendiciones.
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Almacén comunitario
Almacén comunitario
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Puesto de Salud
Puesto de Salud
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Reservorio de agua
Reservorio de agua
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Almacén
Almacén
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Iglesia
Iglesia
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Escuela
Escuela
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Vivienda
Vivienda
https://ascim.org/index.php/es/escuela-basica-n-6-770-paz-y-vida/itemlist/tag/Ebetogue#sigProId9be540e4e7
Escuela Básica N° 6.318 "Juan Boschmann"
Escuela Básica N° 6.318 “Juan Boschmann”
Ubicación: 22° 8'21.75"S, 59°51'30.98"O
Localidad: Ebetogué
Distrito: Filadelfia
Área educativa: Área 2 de la Supervisión de Apoyo Técnico Pedagógico 18-37
Pueblo: Ayoreo
Director/a: David Picanerei
Estudiantes 2022:
| Preescolar | 1° Ciclo | 2° Ciclo | 3° Ciclo | |||||||
| 1° Grado | 2° Grado | 3° Grado | 4° Grado | 5° Grado | 6° Grado | 7° Grado | 8° Grado | 9° Grado | ||
| Cantidad de alumnos | - | - | 2 | 5 | 3 | 5 | 1 | - | - | - |
| Cantidad de docentes | - | 2 | 1 | - | ||||||
Ebetogue
COMUNIDAD INDÍGENA: Ebetogué
PERSONERÍA JURÍDICA: 354/04
RUC: 80048301-4
DISTRITO: Filadelfia
DEPARTAMENTO: Boquerón
AÑO DE FUNDACIÓN: 1995
ÉTNIA: Ayoreo
SUPERFICIE: 1.820 hectáreas
POBLACIÓN: 300 (ASCIM 2024)
ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA: La comunidad está bajo la dirección de un consejo de administración elegido por la asamblea general de socios. Está representada por un líder comunitario que actúa como administrador durante un período determinado.
INSTITUCIONES EDUCATIVAS: En la comunidad, está en funcionamiento la Escuela Básica Nº 6318 “Juan Boschmann”, la cual brinda educación hasta el segundo ciclo.
SALUD: En la comunidad hay un Puesto de Salud que cuenta con la atención de una enfermera.
ALMACÉN: La comunidad dispone de un almacén comunitario creado con el fin de proporcionar a los socios productos básicos a precios accesibles y establecer una relación con la comunidad.
ASESORAMIENTO: Las áreas de cooperación de ASCIM incluyen agricultura, ganadería y educación.
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Almacén comunitario
Almacén comunitario
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Puesto de Salud
Puesto de Salud
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Reservorio de agua
Reservorio de agua
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Almacén
Almacén
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Iglesia
Iglesia
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Escuela
Escuela
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Vivienda
Vivienda
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