La financiación del programa para la salud se alimenta de diferentes fuentes: la mayor parte del personal que trabaja en el hospital central está contratado y pagado directamente por la ASCIM.
Una parte de la financiación se junta por medio de los propios servicios, que son pagados por el seguro AMH.
Otra parte pequeña surge de un fondo alemán para la asistencia de leprosos, llamado DAHW. Este mismo se usa únicamente para combatir la tuberculosis.