Día del Maestro
El 30 de abril festejamos el Día del Maestro. En el año 1915, durante el Congreso de Educadores del Paraguay, se resolvió establecer como fecha conmemorativa a la labor docente, el 30 de abril de cada año. En el Día del Maestro en Paraguay, se recuerda muy especialmente a las maestras Adela y Selsa Speratti y al maestro Delfín Chamorro, destacadísimos precursores de nuestro sistema educativo paraguayo.
Según mi parecer deberíamos enfatizar también el sistema educativo presentado por el profesor Ramón Indalecio Cardozo, quien desarrolló una escuela que radica en enseñar los conocimientos útiles y necesarios para la vida, a fin de desarrollarse en cuerpo, voluntad, productividad y conciencia nacional. El dice que la escuela formará verdaderos obreros del progreso social y del bienestar individual y por ende propuso introducir en las escuelas también las huertas, en especial el contacto con la naturaleza.
Desde los años de 1937 los menonitas se preocuparon ya por la educación de los/as niños entre los pueblos originarios. En el año 1959 se formó la Escuela Mcal. Estigarribia en Yalve Sanga y a partir de 1979 el Colegio Indígena Yalve Sanga. Al crear escuelas y colegios se necesita de maestros/profesores.
Hoy en día la ASCIM tiene un perfil bien definido de los docentes en sus Normas de Convivencia, en donde sueñan de tener docentes de formación integral con cosmovisión cristiana en un ambiente intercultural que prepara a jóvenes indígenas para sus comunidades y la sociedad en general. Esta se concreta a través de educar integralmente a niños/as y jóvenes con valores cristianos y éticos a través de aprendizajes teórico-prácticos, armonizando la cultura propia con la realidad nacional y la vida cotidiana, en un ambiente adecuado y con recursos humanos competentes y comprometidos.
En este sentido, el docente muestra las siguientes cualidades en el desempeño de su labor:
- Es académicamente competente, comprobado por título y experiencia laboral.
- Se actualiza y transmite lo nuevo, aspirando a superarse siempre.
- Aplica la filosofía de trabajo de la ASCIM.
- Es conocedor del grupo que enseña y de su desarrollo psicológico-evolutivo.
- Domina el idioma español apropiadamente.
- Integra la materia que enseña con la verdad bíblica como consecuencia de su relación personal con Dios.
- Es disciplinado y disciplinador, vive y enseña el autocontrol, inspira por su sola persona.
- Coopera con responsabilidad fuera de clases con la buena marcha de su institución.
- Es diligente y correcto en cumplir con sus obligaciones.
- Reconoce que la enseñanza consiste en dirigir el cultivo de una vida, por esto aspira a ser educador, modelador, discipulador y animador.
- Ayuda al educando a ser leal a lo que es digno de Cristo, a la norma de conducta cristiana, a la familia, a la nación, a las grandes causas y a los ideales nobles.
En cuanto a convivencia, el docente:
- Fomenta el espíritu en equipo.
- Sabe relacionarse con las personas y construye relaciones positivas.
- Se comunica con claridad e interés.
- Es cooperador y tiene la mente abierta a sugerencias y críticas.
- Evita la búsqueda de populismo.
- Utiliza los canales e instancias establecidas para relacionarse con alumnos, colegas y superiores.
- Enfrenta los desafíos con equilibrio entre amor y verdad, entre bondad y firmeza.
En cuanto a su vida cristiana, el docente:
- Tiene una experiencia clara de su salvación, del señorío y de una relación con Cristo en su vida.
- Es consciente de sus dones.
- Es miembro en plena comunión con una iglesia local.
- Se goza en la oración y es sensible a la dirección del Espíritu Santo.
- Reconoce la Biblia como la Palabra de Dios y autoridad para su vida cotidiana.
- Considera la docencia como un ministerio del llamado de Dios.
- Lleva una vida cristiana en cualquier lugar o circunstancia; para él no existen momentos o lugares no cristianos.
- Desarrolla relaciones familiares basadas en principios bíblicos.
Esto indica que el docente debe tener una vida íntegra en su comunidad buscando el bien del alumno. Esto solamente se alcanza si podemos trabajar en conjunto con los padres de los hijos, que ellos confían por bastante tiempo durante el día a los docentes.
La familia y la escuela cumplen un rol muy importante en la formación integral del/la niño/a y adolescente. Es por ello que la tarea educativa debe ser desarrollada de manera conjunta, atendiendo a que si una de las partes no cumple con su rol es muy difícil que el proceso de enseñanza-aprendizaje logre sus propósitos y metas. Considerando esta situación, se describen a continuación las principales funciones y los derechos de los padres y tutores:
- Conocer y velar por el cumplimiento del reglamento de la institución.
- Velar constantemente por el cumplimiento de las obligaciones escolares de sus hijos y respaldar a la Institución en sus exigencias a todo nivel (respecto al uniforme, llegada oportuna, comportamiento fuera de la institución y buen uso del tiempo libre).
- Colaborar con la Institución en el control del comportamiento, rendimiento académico y aprovechamiento del tiempo libre de sus hijos.
- Formar parte del Equipo de Gestión Comunitaria Indígena o cooperar con los mismos.
- Colaborar con las instituciones educativas en las que estén matriculados sus hijos, en las actividades que dichas instituciones realicen.
- Respetar y cumplir de buena fe las Normas de Convivencia Institucional y demás disposiciones legales vigentes emanadas de las diferentes instancias del Ministerio de Educación y Ciencias.
- Manifestar a la institución verbalmente o por escrito sugerencias o reclamos.
- Solicitar permiso a la dirección y justificar por escrito las ausencias de sus hijos de actividades escolares.
De esta forma se crea un ambiente ideal, en donde la institución educativa colabora en la educación de los/as niños/as en su comunidad para que el educando pueda autorrealizarse en su vida.
El objetivo del Departamento de Educación de la ASCIM es ofrecer a los/as niños/as y jóvenes de las comunidades indígenas el acceso a una buena educación cumpliendo un rol importante en la preparación para la vida futura.
En este sentido felicito a los/as Maestras/os y Docentes por su Día Especial animándolos en su labor tan importante de una comunidad, y en especial en la vida de niños/as y jóvenes enseñándoles valores cristianos y conocimientos necesarios para la vida.
Director General del CEA Prof. Lic. Alfred Giesbrecht